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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Entrevista a Emilia Illamola


“Por eso mis protagonistas, en lugar de navegar literalmente por el mar, navegan metafóricamente por la vida”.

Vinculada laboralmente al mundo del libro desde 1974, primero en Cap Gros librería y después en la Llibreria Robafaves, de la que fue cofundadora, Emilia Illamola es autora de: Fraccions, obra de prosa poética con Viena Editorial en 2012; Joc de Llunes, su primera novela, con Nova Casa Editorial en 2014; Una certa onada, con Quorum Llibres en 2015; y su última novela, primera en castellano, Más allá del cielo azul, con Nova Casa Editorial en 2016.
Actualmente escribe, colabora en diferentes programas de radio y participa en recitales.

ENTREVISTA
IDR. Tus novelas son protagonizadas por mujeres que transitan por momentos de ruptura y cambio, mostrándonos la influencia de sus sentimientos y forma de ver la vida en cómo se enfrentan a esas arenas movedizas. ¿Qué tratas de transmitir en ellas? ¿Cuál sería el mensaje de fondo de Más allá del cielo azul?
EIG. En resumen, aunque parezca que el mundo se termina, el horizonte —que para mí simboliza el futuro, el mañana, eso con que nos vamos a encontrar a continuación— siempre está ahí, totalmente abierto, a nuestro alcance, solo tenemos que enfocar y seguir. Que no hay que perder la esperanza, que después de una amistad o de un amor roto siempre hay un más allá que aparece, que se materializa, en el que debemos creer. Y quizás se deba a ese miedo que tengo a los cambios no previstos, esos que duelen, que se presentan sin avisar y debes afrontar. Porque de los buenos nadie se acuerda, ya que los que cuentan de verdad son los que nos sitúan en una encrucijada.
IDR. Todas ellas escriben. Inician sus andanzas en ese mundo de palabras por un motivo u otro, pero al final, ese ritual resulta crucial para su devenir. ¿Qué significa para ti la escritura? ¿Por qué empezaste a escribir? ¿Qué es lo que te proporciona la escritura?
EIG. Para mí es una forma de tomar conciencia, de ahondar, de profundizar. Y en este momento no podría imaginar mi vida sin ella. Porque la siento mía y tengo la fantasía de que la puedo controlar, dominar, aunque sé que no es cierto.  Es curioso que esta pasión que me ha llegado tarde se me haya revelado imprescindible, pues cuando escribo me parece que estoy reteniendo el tiempo, mi tiempo, que de alguna forma lo estoy recuperando. Y pienso que debe de ser esa huella que deja en mí escribir, lo que me satisface.
IDR. La melancolía hacia el pasado y lo soñado se equiparan a la fuerza del paisaje que atraviesa Estela, la protagonista. ¿Crees en la certeza que expresa tu protagonista, en que “Nunca cuenta el pasado, siempre se empieza de cero”?
EIG. Sí, creo que es lo real —aunque no estoy muy segura de ello—, pero a menudo en la vida es así, aunque me gustaría que siempre contara el haber hecho o vivido. Pero nos alimentamos de los cambios, de las novedades, y tendemos a arrinconar lo ya sabido, lo conocido. Y nos cuesta mantener vivo un afecto, una relación de amistad. Y luego están las vivencias con las personas queridas, como cuesta mantenerlas al corriente, no sé, la verdad, a veces creo que es totalmente cierto, y a veces lo pongo en duda. 
IDR. El viaje por el Camino de Santiago es una metáfora de recorrido interno, en el que podemos ver la lucha de la protagonista por autoconocerse y, al tiempo, por entender sin filtros lo que le está sucediendo. ¿Has hecho el Camino? ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Cuánto hay de ella en esta novela?
EIG. No, no he hecho el Camino. Es uno de aquellos retos que tengo pendientes y que espero llevar a cabo. Pero he hecho travesías y seguido rutas a pie por el Pirineo y por otros lugares propios de los excursionistas. Y me gusta el contacto con la naturaleza y esa dureza —que a veces se parece mucho a la cabezonería—, que te empuja a dar cada paso hasta donde tienes y quieres llegar. Recuerdo el dolor en los hombros a causa del peso de la mochila, las llagas en los pies provocadas por las botas, el placer de meter los pies en el agua cristalina y fría, el silencio estremecedor que reina en las cumbres, los maravillosos cielos abiertos, no sé, tengo muchos recuerdos de esa época, y junto con ellos se me agolpan aún un montón de sensaciones.
IDR. Tus protagonistas son mujeres, pero cada una pasa por una etapa vital distinta. ¿Con tus novelas tratas de mostrar la evolución y cambio de la mujer en las distintas etapas, así como en la sociedad?
EIG. En general las mujeres hemos caminado solas y no siempre nos hemos sabido apoyar las unas en las otras. Pero, afortunadamente, en las últimas décadas esto está cambiando.
Nos faltan referentes, pues los que tenemos son escasos —por ejemplo, no tenemos un Shakespeare, un Miguel Ángel o un Mozart. Y  esa inseguridad es la que reflejan las protagonistas de mis novelas —ya despojadas de la tutela masculina, aunque aún vacilantes—, que han de abrirse camino por si solas, puesto que ya no se conforman en ser “parte de”: la familia, una empresa, etc. Son mujeres que quieren, o se han visto obligadas, a tomar el mando de sus vidas, y es entonces cuando se dan cuenta de la falta, o escasez, de modelos, y que es una ardua tarea crearlos.
Y es esa falta de una tradición asentada lo que nos dificulta, muchas veces,  tomar decisiones. No todos los modelos que desarrollamos son propios, sino que muchos, bien por desconocimiento o por inercia, los adoptamos y seguimos el patrón masculino: ejecutivas, profesionales, etc… porque ya están forjados y cuesta mucho transformarlos, darles nuestra propia forma, desde nuestra propia perspectiva.
IDR. Esta es tu primera novela en castellano, ¿la escribiste en esta lengua o la tradujiste?  ¿Cómo te sientes más cómoda escribiendo? ¿Por qué este cambio?
EIG. La idea de esta novela me llegó, o me vino —o lo que sea que pasó, pues no lo sé muy bien—, en castellano.  Primero fue una sorpresa, pero una vez que apareció en mi mente no pude abandonarla. Y aunque pertenezco a esa generación de escuela monolingüe en castellano,  representaba un reto personal. Aunque debo de haber leído mucho más en castellano que en catalán, empecé a escribir en catalán de forma natural, porque es mi forma de expresión habitual. Y me costó decidirme, pero una vez tomada la decisión ya no podía concebirla en catalán.
IDR. En tu prosa siempre hay poesía. Muchos párrafos parecen parte de un poema, aunque huyes de descripciones como “prosa poética”, ¿crees que con este estilo muestras mejor la tormenta de sentimientos por la que navegan tus protagonistas?
EIG. Sí, pues me doy cuenta que utilizo esas descripciones para marcar la cadencia y el ritmo de la narración. Porque me impulsan hacia ese impacto que deseo crear en el lector, para atraparlo. En vosotros, los lectores y lectoras, está decirlo. Creo que al final, soy de las que describen más el interior que el exterior. O sea que en lugar de describir acciones, yo describo sensaciones. Por eso mis protagonistas, en lugar de navegar literalmente por el mar, navegan metafóricamente por la vida.
IDR. Estela se ve sumida en la confusión a causa de su forma de ver el mundo, de imaginar antes de vivir, de ser romántica… ¿Cuánto de Emilia hay en ella?
EIG. Pues creo que bastante, es imposible escribir sin dejar huella, al menos para mí. Aunque seguramente yo soy más realista, o al menos me gusta pensar que lo soy. Pero quizás mí escritura se percibe más personal de lo que es en realidad, ya que lo que escribo, de hecho, es solo una ficción más.
IDR. A pesar de ser historias y momentos distintos, las protagonistas de tus novelas se ven en una encrucijada vital a causa del AMOR en mayúsculas. ¿Qué significa para ti este sentimiento? ¿Por qué parece el centro e hilo conductor de tus historias?
EIG. Sí, es cierto. En Viola, de Una certa onada, es el equilibrio que mantiene con su pareja lo que le permite escribir; en Lía, deJoc de llunes, es el dolor por la pérdida lo que la empuja a escribir; y en Estela, de Más allá del cielo azul, es el deseo de reencontrarse para volver a conectar con su pareja lo que la impulsa a escribir. Y si vamos a Fraccions, que es el inicio de mi experiencia como escritora, nos encontramos con un ser femenino que se siente roto, entre otras muchas causas, por haber perdido un entorno en el que se creía amada y respetada.
¿Qué es para mí el AMOR en mayúsculas? Pues creo que es mi aspiración final: que me quieran mis hijos, que me quieran mis amigos, que me quiera mi pareja, etc. Porque la comprensión, el amparo que da el amor, es lo que me proporciona esa clase de equilibrio que necesito para poder vivir en paz.
IDR. ¿Cómo se te ocurrió escribir esta novela? ¿Cuál es tu fuente de inspiración?
EIG. La verdad es que no lo sé. Surgió. Empecé a tirar del hilo y esa idea del esfuerzo de una huida creativa tomó forma y ¡et voilà! La dejé descansar un año, terminé otros proyectos, y luego la revisé y me empeñé en publicarla, que no es fácil. Tú lo sabes, que nunca lo es. Pero afortunadamente, aquí está.
IDR. ¿Tienes un método? ¿Cómo te pones a escribir? ¿Ha sido distinta la experiencia con esta novela a la que has tenido con las anteriores?
EIG. No sé si es un método o no, el caso es que siempre tengo diferentes frentes de escritura abiertos. Algunos se desarrollan y otros no. No me creo presión, al menos lo intento. Me doy cuenta de que para mí escribir, hasta este momento, ha sido y es aún una cuestión emocional. Y retomo un texto u otro dependiendo de en qué momento personal me encuentre. Aunque no sé si siempre va a ser así, pues en este momento mi emotividad y mi creatividad van de la mano y, si se rompe esta sincronía, no tengo idea de lo que puede pasar.

IDR. La novela ya ha tenido un rodaje, ¿qué tal ha sido la experiencia de los lectores? ¿Alguna anécdota que quieras compartir?
EIG. Sí, la anécdota, si es que se puede llamar así, es lo sorprendido que se quedó mi entorno al ver que había escrito una novela en castellano. Algunas personas trataron de disimularlo y otras me felicitaron por “lo valiente que he sido”. Y cuando llego aquí siempre digo —ya desde la primera presentación— que las lenguas y las culturas se merecen respeto, pues no tienen la culpa de lo que está pasando. Y también tengo que decir que Más allá del cielo azul está pensada en castellano y que me sería muy difícil traducirla, lo mismo pienso de FraccionsJoc de llunes y Una certa onada; creo que sería para mí todo un reto tener que hacerlo.
IDR. ¿Algún proyecto nuevo?
EIG. Sí, estoy empezando una nueva lucha, o sea, un nuevo micro mecenazgo de unas narraciones, relatos, monólogos… No sé muy bien, vamos a ver si puedo llevarlo a cabo y, si es así, cuando lo leas ya me contarás.

Link a la reseña de Más allá del cielo azul:
Reseña y entrevista a la autora sobre Una certa onada:

Isabel del Río
Octubre 2016


lunes, 19 de diciembre de 2016

Recomanacions literaries per a aquest Nadal: infantil, juvenil i adult

Des de La Font de Mimir us desitjem unes Bones Festes. I què millor per a fer-ho que amb un munt de recomanacions literàries per a tots els gustos.



 






Isabel del Río
Relacions Públiques i Dinamitzadora Cultural
@FONTMIMIR

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Reseña de "Más allá del cielo azul" de Emilia Illamola


TÍTULO: Más allá del cielo azul
AUTOR: Emilia Illamola Ganduxé
EDITORIAL: Nova Casa Editorial

SINOPSIS
Más allá del cielo azul es una historia envolvente, circular, un camino imaginario pero a la vez real que emprende Estela, para huir de un conflicto que no sabe cómo resolver.
Y desde ese mundo interior en el que lucha para mantenerse a flote, se va adaptando paulatinamente a los cambios de rutina que le impone el nuevo escenario por el que transcurre su vida.
El esfuerzo por controlar el vuelco que ha modificado su realidad se transforma en oportunidad para trabar relación con su entorno, y las incógnitas que la han impulsado a replantearse lo que le está sucediendo se van aclarando.

OPINIÓN
“A medida que me alejaba, me iba reafirmando en mis razones para justificar mi actitud y la decisión que había tomado. Y me sentía entera, poderosa, casi como había imaginado”.
Existen novelas que te hacen sentir identificado con sus personajes, que te obligan a poner en duda algunos de tus a priori y replantearte las cosas. Más allá del cielo azul es una de estas historias que, utilizando el Camino de Santiago como metáfora del recorrido interior hacia el cambio, y el cielo azul como horizonte inalcanzable y, al mismo tiempo, meta a la que nos dirigimos, nos muestra los pasos de su protagonista, Estela, hacia la autocomprensión y la respuesta a aquello que la está asfixiando en vida.
“Por un momento me sentí perdida, flotando en una vida que ni siquiera me parecía mía. (…) Y pensé en dirigirme al norte. Hacia las grandes dimensiones boscosas que había entre los pueblos y ciudades a las que de pronto deseaba volver”.
Con un lenguaje sencillo, unas imágenes de gran belleza y austeridad, y una prosa poética marca de la autora, Emilia Illamola nos introduce, en esta, su tercera novela, en la mente de su protagonista. A través de sus páginas no sólo seguimos su senda por el Camino de Santiago, sino que viajamos con ella al pasado y seguimos los hilos de sus pensamientos y sueños.
“Todavía no estaba preparada para abrir el móvil y llamarte. Oír tu voz a lo lejos y tan cerca, en mi oído, al mismo tiempo”.
Las protagonistas de Illamola siempre son mujeres que, en un momento de inflexión vital, comprenden que han de operar un cambio y que, para ello, necesitan reencontrarse consigo mismas. En cada relato encontramos un momento clave en la vida de una mujer, distinto en cada novela, y seguimos las vivencias de la protagonista a través de sus emociones y pensamientos. El diálogo es casi inexistente, pero no por ello estamos ante una obra lenta, sino que la autora alterna viaje con momentos humanos, pensamientos, sueños y recuerdos, abriendo incógnitas y cerrando misterios sobre un personaje y una relación que, en un inicio, pueden parecer acabados.

“Me daba cuenta de que había tomado una decisión que iba a tener consecuencias imprevisibles”.


Uno de los temas clave en la narrativa de Illamola es el amor, las relaciones que nos marcan y completan, y en esta novela no falta este sentimiento capaz de mover montañas y hacernos cometer locuras. En Más allá del cielo azul, Estela huye ante la imposibilidad de retener al hombre que ama, ante el temor de que, siendo ella misma, le pierda. Decide ponerse a prueba para demostrar su valía, tanto a él como a ella misma, y encuentra en su travesía más respuestas de las que andaba buscando.
“Sí, me parecía que era el dolor lo que daba de verdad realidad a mi vida y, aunque fuera contradictorio, tenía miedo de no poder desprenderme de él y de que, quizás, si seguñia hurgando, me hundiría todavía más en la soledad”.
Otro de sus leitmotiv es la escritura como herramienta transformadora. Las mujeres de Una certa onada (link más abajo) y Más allá del cielo azul utilizan la escritura como vía de escape de sus propias vidas hasta que ésta las atrapa y las lleva más allá. 

“Necesitaba respirar, volar, para poder afianzarme de nuevo”.

Amor, amistad, pérdida, enfermedad, maternidad, trasformación y confianza son algunos de los temas que encontraremos en esta novela, a través de un camino místico que podremos recorrer junto a Estela, pues ella misma nos va describiendo parajes e historias que le sirven para reencontrarse con aquella niña y joven que fue, con la mujer que es ahora, con la que le espera al final del camino con los brazos abiertos.
“Solo necesitaba saber quién era yo en realidad para poder corresponderte de verdad, pero al mismo tiempo me daba miedo pensar si saberlo me iba a impedir volver contigo”.
Desde pequeña he querido hacer el Camino de Santiago y he de decir que esta novela me ha transportado y me ha hecho tener todavía más ganas de realizarlo. 

“Y me di cuenta de que se me daba mucho mejor imaginar, recordar y fantasear, que vivir”.

Leer a Emilia Illamola es como disfrutar de un buen poema que te lleva al corazón de una mujer que bien podrías ser tú.
“Y me pareció que al andar iba quedando, al mismo tiempo algo de mí, como si fuera posible dejar mi propio rastro en el camino”.
Recomendado a todo tipo de lectores, a quiénes disfruten de las historias evolutivas e intimistas, de la transformación vital, de los viajes y la poesía.
“(…) intenté dejarme llevar, sin ser consciente del torbellino que me iba a engullir. Quizás me engulló. Y no lo recuerdo”.

Link a la reseña de Una certa onada y a la entrevista con la autora:

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Isabel del Río

Septiembre 2016

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Reseña de "Oso" de Marian Engel


TÍTULO: Oso
AUTOR: Marian Engel
TRADUCTOR: Magdalena Palmer
EDITORIAL: Impedimenta

SINOPSIS
Publicada en 1976 y adorada por Robertson Davies, Margaret Atwood o Alice Munro, Oso es una novela delicadísima y calculadamente transgresora, una auténtica parábola de la vuelta a la naturaleza.
La joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga hacer inventario de los libros de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel, ya fallecido. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima, inquietante y nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos. Será entonces cuando emprenda un camino de autodescubrimiento. A pesar del impacto que causó su publicación, Oso se alzó con el Governor General’s Literary Award en 1976 y está considerada una de las mejores (y más controvertidas) novelas de la literatura canadiense.

OPINIÓN
“Ahora sabía que lo amaba. Un amor tan extravagante que el resto del mundo se había convertido en un estrecho nudo sin sentido, salvo por el paisaje que, neutral y ajeno a ellos, gozaba de sus propios orgasmos de verano”.
Novela bestialista, bucólica y erótica en la que el orgasmo y el dolor son el catalizador para la autocomprensión y el cambio.
Oso, haz que por fin me sienta cómoda en el mundo. Dame tu piel”.
Oso escandalizó a sus contemporáneos y, cuando la leemos hoy en día, entendemos el porqué. 
“Lo evidente de las islas, que suele olvidarse en cuanto se desembarca en ellas, es que son criaturas acuáticas. Esta era pequeña. El jardín de Cary estaba rodeado de un bosque casi impenetrable. No había playa y la vegetación llegaba hasta la orilla”.
Lou es una joven profundamente perdida que trabaja identificando y catalogando retazos de historia ajena. La novela se inicia con la donación de un tal Coronel Cary al Instituto para el que trabaja. La herencia consta de una casa aislada y todas las pertenencias del coronel. Lou viaja a la isla sin saber muy bien qué encontrara, sin demasiada pasión, pero ansiando el cambio, necesitando de forma visceral y urgente que algo la abofeteé y la haga volver al mundo de los vivos del que escapó años atrás.
“En invierno vivía como un topo, encerrada en las profundidades de su despacho, escarbando entre mapas y manuscritos. Se alojaba cerca del trabajo y hacía la compra de camino al instituto, correteando apresurada de un refugio a otro por el túnel del invierno, sin perder tiempo”.
Según avanzamos en sus páginas vamos adentrándonos más en la mente de Lou, en porqué siente lo que siente y hace lo que hace, quién fue en otra vida y cómo se ha dejado arrastrar en esta.
“Pescaderas o viudas de pescadoras. Y todas empezamos queriendo ser sirenas”.
Curiosamente, cuando llega a la isla y su guía autóctono, Homer, le muestra cómo sobrevivir allí, descubre también que entre las adquisiciones del Instituto se encuentra un oso. Un enorme oso pardo sin nombre ni edad conocida. 
“Así que este era su reino: una casa octogonal, una sala llena de libros y un oso”.
Al principio, Lou teme al oso, no sabe qué debe hacer, pero siguiendo los consejos de una anciana india se acercará a este animal y a todos los secretos que esconde. Y las notas del primer Cary, aquel que se aventuró a la remota isla dejando su vida atrás, quien construyó la casa y la biblioteca en la que trabaja Lou, la guían a un viaje sin retorno hacia una visión del mundo más allá de lo cotidiano. 
“Los verdaderamente románticos sucumbían de forma espantosa, recordó. Se hundían en el hielo, contraían neumonía o tuberculosis, morían de fiebres extrañas, escorbuto, depresión o abandono. Solo sobrevivían los más fuertes y sus escasos recuerdos”.
Según pasan los días y avanza con su trabajo, Lou inicia una especie de viaje iniciático que la convertirá en otra, pero habrá de pasar por la febril locura para ello. 
“Anoche: el espantoso roce de sus zarpas en el linóleo, cómo cambió de estatura en lo alto de la escalera… Ella se había encogido de miedo, encogido literalmente, hasta meterse en el vano de la ventana. De haber permanecido de pie, las rodillas le habrían vuelto a flaquear”.
El oso es un símbolo, un animal que trae consigo la sabiduría más básica y terrena, que sana a Lou justo donde ella lo necesita: en su inseguridad, sus miedos, su soledad. Y finalmente le da el zarpazo de gracia para devolverla a la realidad y colocar cada cosa en su sitio.
Se rumorea que hasta los devotos los veneran por la antigua creencia de que ellos, y no Adán y Eva, fueron nuestros primeros antepasados”.
Una historia compleja y bella, distinta, rodeada de una naturaleza exuberante y poética. Un libro repleto de emociones tan vivas que casi duelen. Un amor imposible que rompe esquemas y fronteras, que nos recuerda la inocencia y la pasión, más allá de lo que se espera de nosotros, sólo debiéndose a uno mismo y su corazón.
“¡Oh, se sentía sola, inconsolablemente sola…! Llevaba años sin sentir contacto humano. Siempre se le había dado mal. Era como si los hombres supieran que su alma estaba gangrenada”.


Recomendada a los que no teman romper tabús o superar los límites sociales, para aquellos que busquen una historia más allá de las convenciones que anime a la autorreflexión y la metamorfosis.
“¿Dónde he estado?, se preguntó. ¿En una vida que ahora podría considerarse una ausencia de vida?”.

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Isabel del Río
Julio 2016


jueves, 1 de diciembre de 2016

NEWS Activitats de la Font de Mimir: novembre-desembre 2016


Hem gaudit d'un mes ple de recomanacions i lectures. En el nostre Club de Lectura vam comentar tot tipus d'històries i vam escollir Piel de Lobo com a lectura per la pròxima trobada. A la primera xerrada de 'Més que un Club (de Lectura)!' ens vam deixar aconsellar per descobrir el nostre còmic/manga preferit. Vam aprendre a internar-nos en els mons de ficció amb en Roger Peruga i en Pau Sitjar, autors de Les Memòries de Harleck. I vam descobrir els secrets de Collserola amb en Josep Mª Casas.
Ja tenim aquí el mes de Desembre i estem preparant una llista de recomanacions per a aquestes festes. I, per descomptat, les nostres activitats no s'aturen!
• Dissabte 3 a les 12.00h Mini-Club de Joc: juguem a jocs de taula amb els més petits (+ de 3 anys).
• Dimarts 13 a les 18.30h Club de Lectura: Piel de Lobo de la Lara Moreno
• Dimecres 14 a les 19.00h Llibres infantils per Nadal: les editorials BiraBiro i Babulinka ens presentaran el seu catàleg de llibres il·lustrats.
• Dissabte 17 a les 12.00h Conta Contes: Pícnic per petits curiosos, amb Sherezade Bardají.
• Dimecres 28 a les 12.00h Noè Rivas: presentació del seu nou llibre Cançons per somriure.
A més, volem convidar-vos a la presentació de la nova novel·la de la nostra companya: Las Bocas de la Montaña. El Señor del Viento.  Es presentarà dijous 15 a les 18.30ha la cafeteria Pudding (Pau Claris, 90).
Si voleu apuntar-vos a les nostres xerrades i activitats, i ser els primers a rebre les novetats i recomanacions, podeu visitar-nos a la llibreria i escriure a mimir@lafontdemimir.cat o a isabel@lafontdemimir.cat
I cada setmana pengem noves ressenyes al nostre blog:
No te les perdis!

Isabel del Río
Relacions Públiques i Dinamitzadora Cultural
@FONTMIMIR

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Reseña de "Dentro del Laberinto" de A.C.H. Smith


TÍTULO: Dentro del Laberinto
AUTOR: A.C.H. Smith / The Jim Henson Company
TRADUCTOR: Noemí Risco Mateo
EDITORIAL: Nocturna Ediciones

SINOPSIS
Una noche, Sarah, una adolescente de carácter fantasioso, se ve obligada a quedarse en casa cuidando a Toby, su hermano pequeño. Cuando sus padres se marchan a una fiesta, harta de oír llorar al niño, Sarah recita unos versos de su libro favorito, Dentro del laberinto, y ordena a los goblins que se lleven a su hermano. Al momento, unas extrañas criaturas aparecen y se esfuman con Toby. Poco después, un hombre misterioso y atractivo surge de la nada y se presenta como Jareth, el rey de los goblins, para a continuación sugerirle a Sarah que se olvide del niño. Arrepentida de lo que ha hecho, Sarah le pide que le devuelva a Toby, pero el rey se niega. Entonces él le propone un trato:
«Tienes trece horas para atravesar el laberinto y encontrar a tu hermano. De lo contrario, se convertirá en uno de nosotros».
Y el tiempo apremia...
Una novela con tintes de Alicia en el país de las maravillas El mago de Oz, por la que desfilan extrañas criaturas, bailes de máscaras y, por encima de todo, interminables laberintos.

OPINIÓN
Hoy quiero hablaros de una de esas historias que nos marcan desde pequeños y son parte de nosotros, de nuestro imaginario, forjando nuestro carácter y forma de ver el mundo. 
“Tienes que hacer las preguntas correctas si quieres llegar a alguna parte en el Laberinto”.
Siempre que doy charlas sobre motivación lectora y la importancia de la lectura en la infancia y la juventud, resalto el poder de las historias para crear personalidades fuertes, resilientes y con valores sólidos. Además, la lectura en la infancia potencia los vínculos afectivos y ayuda a crear distintos tipos de inteligencia en el niño. En la adolescencia este papel se multiplica, puesto que, además de lo antes mencionado, la lectura es una vía de escape estupenda en una edad en que todo parece estar en contra nuestro y donde las emociones son como bombas a punto de detonar. Y es justo en este momento, la fase de la infancia a la adolescencia, donde tiene más fuerza la obra de Henson y Smith.
“Por increíbles peligros e innumerables fatigas, me he abierto camino hasta el castillo más allá de la Ciudad de los Goblins para recuperar al niño que me has robado. Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya… y mi reino igual de grande”.
Dentro del Laberinto y sus personajes me han acompañado desde niña. Primero llegaron a mí por la película, Labirinth, protagonizada por David Bowie (en el papel de Jareth) y Jennifer Connelly (como Sarah), así como un montón de puppets de los estudios de Jim Henson que hacían las delicias de cualquier niño. Me enamoré perdidamente de Jareth, quería acompañar a Sarah en su aventura, y ser parte de la compañía formada por Ludo, Sir Didymus y Hoggle.
“Al principio no podía creérselo. Cuando el sol se elevó más y se reveló ante ella, bajó los hombros y perdió la sonrisa. (…) Desde el pie de la ladera donde estaba sentada, hasta el castillo y más allá, y hasta donde alcanzaba la vista a ambos lados, se extendía un intrincado e inmenso laberinto de muros y setos”.
En mi mente infantil, todos esos personajes crearon arquetipos que, después, repetiría en mis propias historias y buscaría en el mundo real. Y sus valores, de amistad, compañerismo, valor y resolución, me acompañaron siempre, hasta hacer de mí una verdadera cabezota. También ha estado conmigo siempre ese doble rostro que representan Sarah y Jareth, ese amor-odio que no deja de ser la personificación de lo que no queremos saber de nosotros mismos.
“Su mareo cesó en cuanto empezó a dar vueltas por el salón en los brazos de Jareth. Era la mujer más encantadora del baile. Lo supo por cómo Jareth la sonreía. Toda su atención estaba centrada en ella. El roce de sus manos sobre su cuerpo era sensacional. Bailar con él parecía el movimiento más sencillo y natural. Pero cuando le dijo que era preciosa, se sintió confundida”.
Más adelante llegó a mis manos el libro. En él descubrimos facetas mucho más íntimas de los personajes y vemos, como en la Alicia de Carrol, una Sarah que evoluciona y cambia a lo largo de la historia, descubriendo cosas de sí misma que el lector puede llegar a entrever, pues muchas ideas quedan en el aire sin llegar a concretar, insinuadas. Creo que esa es una de las cualidades de esta historia, que está abierta a múltiples interpretaciones.
“Sarah se armó de valor para acercarse más. Notó el cálido aliento en su cara al colocarse junto a la bestia y se inclinó para ponerse bocabajo y mirarla bien. Lo que vio la sorprendió. La enorme boca que parecía tan tétrica, con las comisuras hacia abajo, en realidad había estado, por supuesto, sonriéndole dulcemente”.
Como he mencionado, Dentro del Laberintobebe de Alicia en el País de las Marvillas, pero también de El Mago
de Oz y, en especial, de la obra de Maurice Sandak —autor de Donde Viven los Monstruos— en concreto de Al otro lado, cuento en el que una niña pasa por toda clase de peligros para rescatar a su hermana, raptada por los duendes. Tanto en la novela como en la película, podemos ver referencias a todas estas obras y sus autores, e incluso una nota de Jim Henson, quien asegura quedar en deuda con Sendak.
“Sólo témeme, ámame y yo… yo seré tu esclavo”.
Antes hablaba de la doble personalidad, de aquello que nos ocultamos a nosotros mismos, de las pulsiones más oscuras, y ese es Jareth, la personalidad salvaje de Sarah, esa parte que adora el teatro y que vive en un mundo de fantasía más allá de las leyes físicas.
“El cuerpo de Sarah se balanceaba de forma hipnótica al compás de la música. Ella era la música y el baile. Estaba dentro de la burbuja, bailando, vestida con un traje de fiesta. Encantada y encantadora, bailaba lentamente por el cielo en compañía de otras bailarinas. (…) Se estaban acercando a una gran burbuja (…) donde Jareth ya estaba bailando”.
Sarah es una joven caprichosa y prepotente que idolatra a su madre y odia a su madrastra. Podemos verlo al inicio de la historia, cuando no deja de decir que “No es justo” ante todo lo que le sucede, sin detenerse a pensar en lo que les pueda ocurrir a los demás. Lo cierto es que Sarah no ha aceptado la separación de sus padres y ha preferido crear su propio cuento de hadas antes que enfrentar lo que realmente ha sucedido. De esta manera ella es la princesa castigada; su padre el rey benevolente que ha olvidado a su hija en pos de su nueva esposa; su madre y su nuevo novio son el ideal inalcanzable; su madrastra es vista como una mujer exigente que se aprovecha de ella; y su hermano, Toby, como un pequeño monstruo que le roba la libertad. El lector no lo ve así, pero puede percibir la rabia de Sarah en cada una de sus palabras y ademanes.
Jareth es el rey de los goblins. Un hombre astuto y carismático que vive aburrido rodeado de sus súbditos, antiguos niños que, una vez raptados, se convirtieron en goblins, pero los cuales no tienen demasiado cerebro. Jareth ve en Toby la posibilidad de escapar de esa vida anodina, y en Sarah, aquella rival y compañera que no puede quedarse a su lado porque es demasiado mayor para convertirla en goblin, y demasiado joven para que reine junto a él.
“Nadie lo había logrado y muy pocos habían llegado tan lejos como aquella niña inquietante, que era demasiado mayor para convertirla en un goblin. Jareth contempló su cara en el cristal. Era demasiado mayor para ser un goblin, pero demasiado joven para quedársela él. ¡Malditos ojos inocentes!”.
No se trata de una historia de amor propiamente dicha, aunque contenga algunas de sus características y tensiones, sino un recorrido evolutivo, una aventura en la que Sarah descubrirá cómo es en realidad su vida, cómo es ella y su otro rostro, y lo más importante, cómo quiere ser. 
“(…) encontrarás lo que buscas sólo si permaneces en tu sueño. Una vez lo abandones, estarás a merced de los sueños de otras personas. Harán de ti lo que quieran que seas. Olvídalos, Sarah. Confía en tu sueño”.
La historia de Dentro del Laberinto describe el oscuro paso entre la infancia y la adolescencia, sus emociones y deseos explosivos, y especialmente la pérdida de la inocencia. Porque ¿qué es el laberinto, más que la mente de Sarah, y los intrincados juegos de Jareth para que no llegue al castillo, sino su propia mente infantil, que no desea crecer ni enfrentar la realidad?
“No puedes mirar por dónde vas si no sabes adónde vas”.
SPOILER El final siempre me ha hecho llorar. Muchos pensarán que es porque Sarah vuelve al mundo real y deja a sus amigos al otro lado del espejo —aunque les pida que estén allí por si les necesita—, pero en realidad es por la partida de Jareth, convertido en lechuza, repudiado por Sarah, quien ya no le necesita y ha decidido dar carpetazo a ese lado fantasioso y alocado de su personalidad. 
“Sarah… cuidado. Hasta ahora he sido generoso, pero puedo ser cruel. (…) He hecho todo lo que tú has querido. Pediste que me llevara al niño y me lo llevé. Te encogiste ante mí y yo me mostré aterrador. He cambiado el orden del tiempo. He vuelto el mundo del revés. Y todo lo he hecho por ti. Estoy agotado de vivir según lo que tú esperabas de mí”.
Más allá de su lado psicológico, es una novela de aventuras y amistad, con paisajes y personajes divertidos y entrañables, y unos diálogos de los que disfrutarán tanto pequeños como mayores.
Recomendada para todas las edades. Como lectura en casa y en el instituto. Para todos aquellos que quieran vivir una aventura. Para quienes no tengan miedo de volver a ser niños, pero tampoco de crecer.

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Isabel del Río

Agosto 2016