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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Reseña de "Las Efímeras" de Pilar Adón


TÍTULO: Las Efímeras
AUTOR: Pilar Adón
EDITORIAL: Galaxia Gutenberg

SINOPSIS
Dora y Violeta Oliver, dos hermanas que mantienen una ambigua relación, viven aisladas en una casa situada a las afueras de una comunidad. Sus miembros se han ido reuniendo en el lugar en torno a una gran casa que semeja la forma de una colmena, en busca de un estilo de vida marcado por el retiro y la autosuficiencia, por la coherencia y la introspección. Hasta que un día, una de las hermanas Oliver comienza un acercamiento hacia el tímido Denis, un muchacho perseguido por un turbio pasado que se remonta varias generaciones atrás, y desaparece. 
En ese espacio aislado, dominado por una naturaleza omnipresente que también establece sus propias normas, una mujer, Anita, es la encargada de conservar el equilibrio y la normalidad, al menos de modo aparente.
Así, entre insectos, tierra y una densa masa de vegetación, todo parece mantenerse bajo una pacífica cotidianidad. Un modo de vida idílico que se convertirá para algunos en una opresiva trampa. 
Las efímeras es una novela sobre la dominación, la dependencia y el deseo de acaparar y controlar la vida de los seres cercanos. Todo ello sumergido en una naturaleza invasiva, asfixiante, de la que es muy difícil escapar.


OPINIÓN
"La primera vez que lo vio pensó que estaba muerto".
Existen novelas que te remueven y te hacen dar vueltas a frases y pasajes enteros, como si encerrasen un mensaje arcaico difícil de expresar tras los movimientos de sus protagonistas, de sus pensamientos y geografía emocional.
"Ella prescindía allí de la noción del espacio y del tiempo. Allí podía transformarse en una materia casi blanda, moldeable. Había hallado un sitio en el que esconderse y en el que no querría que la encontraran jamás (...)".
Pilar Adón nos ofrece con La Efímeras una de esas historias que van más allá de la trama, del ambiente y los roles. 
"En este paisaje están todos los paisajes; en este minuto, todos los minutos".
Dos hermanas condenadas a vivir juntas, solas, en el límite que separa el mundo humano del animal. Un linaje de hombres capaces de recuperar y salvaguardar la vida, repudiados y excluidos del edén. Una mujer con tanto poder que prefiere esconderse tras biología estéril. Y un hombre en busca del lugar donde permanecer, donde Ser y envejecer. 
"(...) pertenecían al grupo de los serios. Al grupo que creía fundamental negar lo superfluo. Rechaza lo innecesario porque lo innecesario sólo llevaba al desgaste de la voluntad y a que se instalase en la vida cotidiana lo trivial como si se tratara de algo normal. A que se degradase el deseo de generar realidades nuevas".
El amor, la necesidad y la locura hilando la madeja que teje el verde bosque que rodea una casa: La Rousche. Una historia que converge en muchas vidas salvajes, ordenadas y alienadas. 
"Su padre solía decir que el ser humano no era más que una bestia condenada a pensar".
¿Hasta dónde llegamos amar? ¿Cuánto podemos perdonar? ¿Qué somos capaces de soportar? ¿Cuál es el límite entre el control y el horror?
"No había nada de placentero no de heroico en abatir una pieza tan sencilla, un reptil que se había detenido en el mismo sitio, lento y torpe, sin ser consciente de que debía huir de una mujer que llevaba una azada entre las manos para partirlo en dos con la afilada pieza de hierro surcada de barro y múltiples arañazos plateados (...)".
La naturaleza como jardín y oasis, pero también como algo caprichoso, iracundo y con una racionalidad sin empatía. 

"A veces, dos personas que no se conocen de nada pueden tener las mismas impresiones, moverse por estímulos idénticos, lamentarse y arrepentirse de lo mismo, formarse juicios similares y presentir exactamente los mismos hechos venideros. Y no saberlo".
Dora, Violeta, Tom, Anita y Denis son los personajes que dan voz con sus pensamientos, descripciones y torturas a un mundo húmedo y frío en el que se anhelan las caricias, en que abandonarse a la compasión no es una opción, en que el hedor de la muerte es parte del bosque.
"La primera vez que puso en práctica su don de manera consciente, su madre le dijo: “Es inútil tratar de evitarlo. Ya lo has hecho. (...) no se lo cuentes a nadie. A nadie. O te convertirás en un monstruo'".
No apta para aquellos que busquen lecturas sencillas. Recomendada para los que gusten de historias que dejan huella y te hacen pensar, de ésas que no te dejan indiferente.
"No sabían que debían esconderse y protegerse, y lo que hicieron, en cambio, fue mirar de frente a sus asesinos sin poder imaginar que lo eran".

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Isabel del Río
Abril 2016

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